¡Lo celebramos todos los días!

Este mes he dado un gran paso en mi carrera profesional y es que he comenzado a impartir formaciones para profesionales, la verdad que ha sido una gran experiencia que empezó en el 2018, cuando conocí a mi maestro y por tanto, mi escuela. Ahí empezamos a sembrar lo que hoy da tantos frutos, motivación y fecunda un futuro prometedor. Cuando deseamos algo con mucho anhelo, aquello se crea y empieza su camino hacia nosotros, nos prepara pasando por terrenos planos y áridos, ángeles blancos y negros, experiencias, lecciones reiteradas hasta aprender y adquirimos las herramientas para que, al llegar, las tengamos a la mano y dominadas para utilizarlas en el lugar correcto. En ese lugar, donde tanto recibes como das, es donde tienes que estar.

Así todo en la vida.

En Xtensal (mi escuela), cada formación es un cañón de experiencias nuevas, hay fervor, pasión, entrega, sacrificio, esfuerzo, perseverancia, prudencia, criterio, seguridad, estabilidad, apoyo, fuerza, estrategia, equilibrio y muchas cosas más, pero las que más me enganchan son la gratitud, el amor, la humildad y la generosidad. Habiendo hecho muchas horas en viajes de larga distancia para desplazarme a estudiar, sin una idea clara de la cantidad de horas en esas formaciones y multiplicado por más las horas de estudio en casa he descubierto un sitio seguro para estar, es como cuando pienso en Madrid, mi hogar. Por eso es que estoy celebrando de tal manera este acontecimiento, porque será algo grande.

Algunas veces hemos celebrado un logro por algo que hacemos, pero se pasa rápido. Eso es síntoma de que no estamos donde queremos, sino por esquemas, etiquetas, estereotipos, imposición, obligación o casualidad. Si realmente estamos haciendo lo que queremos y no supone un gran esfuerzo cada mañana levantarse a las horas que el mundo duerme a hacerse las horas que pocas personas pueden decidir hacer, estamos en el camino de la felicidad. He escuchado un podcast sobre esto y me hizo reflexionar mucho, menciona que si disfrutamos las pequeñas cosas que ocurren en nuestro día a día y las celebramos siempre, somos felices y lo demás viene añadido. Ahora entiendo por qué la persona de la que os hablaré hoy me inspira tanto y sigo su sabiduría.

Sesenta y nueve años, osteoporosis y lo más delicado: lesionada en una de sus válvulas cardiacas. Probablemente ha hecho deporte durante la mitad de su vida, le encanta, es una persona apasionada del movimiento, podría decirse que tanto como yo. Dada su experiencia en el mundillo de las aptitudes deportivas no competitivas sabe muy bien lo que es de calidad y lo que quiere, por lo cual tiene un gran nivel de exigencia y, bien lo dice, por su edad no está para probar sino para sentirse bien. Se ha dirigido a grandes profesionales de las diferentes áreas y se ha dedicado a conocerlos para recomendar, su corazón bombea generosidad y eso le da una energía vibrante que sientes en el momento.

Ha sido poner un pie en España y tener opciones para estar ocupado, he pasado por muchos sitios y en uno de ellos le he conocido, como estaba recién abierto había pocos socios y en los grupos tan reducidos que eran, coincidió que daba clase sola al principio, así que yo empecé a enfocarme en sus necesidades para que pudiera mantenerse activa físicamente sin provocar alteraciones, muchas veces prueba y muchas veces error, pero empezamos a acertar y justo fue cuando se empezó a incorporar gente al grupo que empezamos a notar cambios en su desempeño, su musculatura se empezó a equilibrar, por lo cual empecé a percibir un buen desempeño articular y por lo tanto, su salud estaba mejorando. ¡Lo celebramos todos los días!

Su sistema circulatorio se dañó haciendo una actividad cardiovascular recurrente, prolongada y en condiciones ambientales bastante vulnerables, casi contra indicadas. Pero le encantaba. Desde entonces ha estado en control cada cierto tiempo, nos conocimos, empezó a hacer Pilates y durante un período todo era constante pero jamás ha parado. Hace un año quizás, cuando valoramos sus revisiones médicas, todo son buenas noticias: Su corazón se mantiene sano, soporta cada vez más tieniendo el límite bien claro, participa de clases exigentes que, con todas las adaptaciones, disfruta todos los días y tiene una vida muy activa, admirable, brillante. Cada cosa simple es mucho y lo valora más que nada, le hace feliz.

Su corazón late más que nunca y su densidad ósea aumenta en cada densitometría.

Celebro cada progreso, cada día.

Niven